lunes, 7 de septiembre de 2015

Mansos de Flor de Jara y raza torera de Roca Rey

Utreros de Flor de Jara de encaste Santa Coloma en la tercera de las novilladas en Villaseca de la Sagra para Posada de Maravillas, Alejandro Marcos y Andrés Roca Rey. Corrida bien presentada, de
Roca Rey paseando la oreja de su primero
bonitas hechuras, muy entipada, pero de pobre juego, descastados, mansos, y con peligro sordo en líneas generales.

Posada de Maravillas tuvo buenos pasajes toreando al natural a su primero, un novillo que tuvo fijeza, que fue repetidor, pero que nunca humilló y que trasmitió muy poco. Con su segundo dejó en claro que está lejos de ser un torero dominador. El novillo exigía mando, pero nunca le pudo, menos se acopló y no pudo templar su embestida. Posada por debajo del encastado cuarto, pitos para el torero y palmas para el novillo en el arrastre. Para rescatar lo acertado que estuvo con los aceros en sus dos novillos, lo que en parte le valió para cortarle una oreja a su primero.

Alejandro Marcos tuvo una presentación más que decorosa, novillero valeroso y con actitud, pero bisoño todavía. Firme en su primero, novillo descastado y sin clase. Con su segundo voluntarioso y haciendo gala de valor con un novillo con posibilidades, pero complicado que tuvo poco recorrido. Siempre puesto en el sitio tragando toro lo que le costó una voltereta. Novillero interesante que seguro mejorará conforme vaya toreando más.
Lo de Andrés Roca Rey ya es una constante, torero que le funciona muy bien la cabeza, de valor sereno y gran técnica. Lo de hoy en Villaseca de la Sagra no fue la excepción. En su primero, novillo manso y falto de fuerza, se mostró muy por encima, toreándolo con suavidad y temple sin exigirlo, haciendo todo a favor de él. Con tan poco no se puede hacer más. Oreja. Con el último de la tarde, un manso con peligro, demostró de que está hecho. Torero honrado  que le vale lo mismo torear en Sevilla, Madrid, Pamplona o en plaza de tercera, siempre dispuesto a jugarse los muslos. El novillo era mirón y apretaba, es cogido sin consecuencia, pero poco le importó, había que desorejar al de Flor de Jara y abrir la puerta grande. La faena no era de premio, pero se tiró a matar en corto y derecho. Media estocada que pagó con sangre. No quiso ir a la enfermería hasta ver doblar a su enemigo al que él mismo descabelló. Oreja al valor y puerta grande que no pudo cruzar por tener que ser atendido por los médicos.

Foto: Cultoro

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