lunes, 11 de septiembre de 2017

En La Esperanza... José Alfredo Koechlin se alza con el triunfo

Por: Fernando Farfán

Fundo La Esperanza, Pachacámac, Lima (Perú). 09 de septiembre. Con cielo nublado y frío otoñal se dio fin a la tercera Feria del Torero Aficionado del Perú organizada por la ATA. Se tentaron seis preciosas becerras de Villa Graciela propiedad de la familia Prado.

Tres de alta nota, bravas en el caballo, encastadas, nobles y con clase en la muleta. Las otras tres cumplidoras y con opciones. La enhorabuena al ganadero. Los toreros que disputaron la final fueron José Alfredo Koechlin, Jaime Tavera, Santiago Bustamante, Tito Fernández, Gaspar De Loayza y Rodrigo Monasterio.

En esta final el vecino país del Ecuador estuvo representado por Santiago Bustamante.

La fecha sirvió para homenajear al fotógrafo taurino Agustín Carbone de reconocida trayectoria.

Más allá del resultado artístico de esta final hay que destacar la impecable organización del certamen. Una feria de aficionados para aficionados donde todos hemos podido disfrutar. Han sido cinco tardes de expectaci
ón y ninguna de decepción, de gran ambiente y buena camaradería.

Abrió plaza José Alfredo Koechlin que a la postre fue el triunfador de la feria. Fue vistoso el recibimiento de capote y con la muleta más a gusto no se puede estar. La becerra además de brava en el caballo, tuvo fijeza, prontitud, ritmo, clase y gran recorrido. Una becerra para soñar el toreo. José Alfredo la entendió muy bien y la toreó con extrema suavidad. Bien al natural y los derechazos ligando en redondo largos y templados.

Jaime Tavera sorteó otra de las bravas del encierro. Tomó tres varas arrancándose al caballo desde cada vez más lejos. Esta no tuvo la boyantes de la primera, pero sí un punto más de casta. Becerra exigente, con transmisión y con sus lógicas complicaciones. Faena intermitente de un entregado Tavera que no le encontró el sito.

Santiago Bustamante, torero aficionado del Ecuador, destacó por su oficio y empaque. La pupila de Gabriel Prado cumplió en el caballo y en la muleta fue a más en virtud de qué Santiago le hizo todo bien. La toreó con calma y suavidad. Becerra encastada, aunque rajadita al final.

La que hizo cuarta le tocó a Tito Fernández. También cumplió en el caballo. Faena de menos a más que tras un comienzo incierto emocionó a la concurrencia.

Gaspar de Loayza dejó constancia de su buen manejo de capote con la única becerra que manseó en el caballo. Inició su faena de muleta con un afarolado de rodillas. Becerra exigente, complicada y de embestida brusca a la que había que poderle no dejó estar a un valeroso y empeñoso Gaspar.

La becerra que cerraba la feria fue para Rodrigo Monasterio. Las verónicas de recibo son con gusto, cargadas de arte y sentimiento. Monasterio le dio tiempo y distancia a una becerra que había que hacerle bien las cosas. Cuando la llevó cocida a la muleta fue mejor. Buen pitón izquierdo que Monasterio supo aprovechar.

Por segundo año consecutivo el triunfador de la feria fue José Alfredo Koechlin. El segundo lugar fue para Tito Fernández y el premio al toreo artístico se lo llevó Rodrigo Monasterio.

Foto: Martín Campos


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