lunes, 5 de noviembre de 2018

En Acho… Devaluada puerta grande de Juan Carlos Cubas

Por: Fernando Farfán

Domingo 04 de noviembre de 2018. Plaza de Toros de Acho. Lima, Perú. Con media entrada en los tendidos y tarde soleada se dio inicio a la primera corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Se lidiaron toros de La Viña, desiguales de presentación y de juego parecido teniendo como común denominador la falta de fuerza y de casta.

Juan Carlos Cubas: Oreja con leve petición y oreja protestada.

Diego Silveti. Silencio y saludo.

Román Collado: Silencio y oreja.

Detalles:

Diego Silveti y Román hicieron el paseíllo desmonterados. Ambos confirmaron alternativa.

Tarde de puerta grande donde se cortaron tres orejas y se le dio la vuelta al ruedo al último toro de la tarde. Pero que nadie se engañe que la tarde no fue ni por asomo lo que a priori podría suponerse. Tarde paupérrima y de triunfal nada, donde todos los toros recibieron un solo puyazo.

Acho está tocando fondo con un público cada vez más festivalero y un impresentable en el palco regalando orejas y mandando tocar música cuando no corresponde. De la afición entendida y sensible queda muy poco o mejor dicho casi nada.

Si Acho es plaza de primera será solo por su historia y tradición. Lo visto hoy la rebaja a plaza de pueblo.

Juan Carlos Cubas lidió al segundo y cuarto toro en una tarde que transcurrió entre ceremonias de confirmación y devoluciones de trastos. Firme y voluntarioso con su primero que le cuesta arrancarse. El nacional puesto en el sitio tiró del toro y a base de querer le sacó pases. Fue buena una tanda y luego decayó la faena. Por el izquierdo le costaba más al toro. Mató de una media. Justo premio era la vuelta al ruedo y sin haber petición mayoritaria el señor Loayza sacó el pañuelo blanco.

Con su segundo pudo estar mejor pues el toro tuvo movilidad, aunque embistió sin ritmo. Cubas se limitó a hacerlo pasar con la muleta a media altura. No hubo mando. Otra vez deja una media estocada y el del palco correspondió sacando otra vez el pañuelo blanco. Oreja protestada por barata y gritos de un sector de ¡Otro juez! ¡Otro juez!

Diego Silveti mató al primero y al quinto. El mexicano tiene un andar muy torero, pero trasmite y dice muy poco. Con su primero estuvo aseado instrumentando muletazos templados. Fuera de sitio intenta ligar por el derecho que fue el pitón más potable. La sosería del toro atacado de kilos marcó el ritmo de la faena. Mató de un bajonazo.

Con su segundo aburrió a la parroquia. El de La Viña se movió sin codicia y Silveti sin agobiarlo lo conduce con suavidad. Trasteo anodino y estocada entera pasada.

Román mató al tercero y al sexto. Salió dispuesto con el toro que confirmó. Dos afarolados de rodillas en el recibo y luego unas verónicas con cadencia hicieron abrigar ilusiones al público.

El toro tuvo clase, pero su poca fuerza no le permitió ir a más. Román recurrió al efectismo y a toro parado se puso de rodillas haciendo desplantes que no vienían al caso. Después de dos pinchazos deja una entera contraria.

El último de la tarde acomete con codicia. Los primeros derechazos son mandones. En uno pierde el engaño y el toro lo coge sin nada que lamentar. Aguantó mucho y encausó bien las embestidas. Por el izquierdo bien también. Pudo salvar la tarde Román, pero recurrió al aplauso fácil.

Pidió marinera he hizo uso del toreo accesorio. Había toro para torear y no lo hizo. La estocada le quedó trasera y su quehacer festivalero le dio resultado cortando una oreja, y en el colmo del cachondeo el presidente ordenó darle al toro la vuelta al ruedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario