lunes, 26 de noviembre de 2018

En Acho... Joaquín Galdós poderoso y artista abre la puerta grande

Por: Fernando Farfán

Lima, Perú. Domingo 25 de noviembre de 2018. Plaza de Toros de Acho. Cuarta de la Feria del Señor de los Milagros. Se han lidiado toros de dos ganaderías de procedencia distinta. Los Atanasio Fernández de El Puerto de San Lorenzo y los Domecq de La
Ventana del Puerto. La corrida anunciada volvió a ser remendada como la semana pasada con un toro de Antonio MatillaDe Peña de Francia fue el tercero. Pobre de cara y terciado con las fuerzas al límite, pero de buen pitón derecho. El primero de El Puerto impresentable. Brocho y bizco del pitón izquierdo con las puntas romas. Un manso de libro. El segundo también de El Puerto, cómodo de cara y de embestida humillada. El cuarto de La Ventana feo de tipo y gacho de cuerna. El quinto otro de La Ventana más cuajado, cierra la cara y de poca trasmisión. El sexto es de El Puerto. Bien presentado y el más serio de la corrida. Tiene cara y enseña las puntas. Toro exigente y bueno por el derecho.

Morante de la Puebla: Silencio y bronca.

José María Manzanares: Saludo y oreja.

Joaquín Galdós: Oreja y dos orejas.


Detalles:

Picó bien David de la Barra al primero y Pedro José Morales al segundo. Con las banderillas sobresalió José Miguel González en el quinto.

Se esperaba una mayor entrada la tarde de hoy pues el cartel lo ameritaba, pero por mucho no fue la tarde soñada. Corrida desigual en juego y mal presentada. Salvo el sexto, tarde de medios toros, de bronca monumental y triunfo grande. Joaquín Galdós no defraudó a sus seguidores y Acho una tarde más se rindió a sus pies. Buen torero es el peruano y hoy no solo se mostró artista, sino también poderoso. Siempre fiel a su concepto derrochó aplomo y madurez. Le toco lo mejor del lote y no lo desaprovechó.

Del tercero paseó una oreja benévola. Sin probaturas se estiró con él a la verónica. Oportunísimo fue el quite de Victoriano Castillo después que el toro lo coge. El de Peña de Francia recibe un solo puyazo. Es buena la primera tanda. Luego cita de lejos y el toro se arranca. Lo embarca y lleva largo. Remata la serie con una trincherilla. Se gustó Joaquín. Tiene poca fuerza el toro y por el izquierdo no muestra clase. Su pitón más potable es el derecho. La casta del toro por los suelos y la faena se enfría. Solo hubo destellos. La espada entera le quedó trasera.

El sexto de salida no se empleó y acusaba quedarse corto por el izquierdo. Manseó en el caballo. Dos veces sintió la puya y se escupió. En la tercera entrada sí empujó. Lo brindó Joaquín al público. Los muletazos de inicio rodilla en tierra auguraba algo grande. Los oles secos retumbaron Acho.

El toro tuvo emoción y fue a más. Exigente y complicado al que había que poderle y ahormar sus embestidas rebrincadas. Tuvo fijeza y embistió con prontitud. Tiene empaque Joaquín y por el izquierdo lo toreó con hondura. Faena larga y poco prolija por momentos, pero de muletazos mandones rematados atrás. Con la espada, rotundo. El estoconazo fue fulminante. De momento la estocada de la feria y la faena a este sexto firme candidata al Escapulario de Oro.

Manzanares siempre está a gusto en Lima y sale a darlo todo. En sus dos toros estuvo por encima de las condiciones de sus oponentes. A ambos les tapó defectos. Con el segundo toreó a placer. De salida se lució con el capote. El toro colocaba la cara y se desplazaba bien. Recibe un puyazo que lo hizo sangrar hasta la pezuña. Le bajó mucho la mano Manzanares y toreó despacio.

Los cambios de mano fueron al ralentí. Faena de mucho temple, de correr la mano y alargar las embestidas por el derecho. Por el izquierdo el recorrido era menor. Los remates finales fueron una pintura. Pinchó y al segundo intento deja una entera atravesada.

Al quinto lo trató con sutileza y le prodigó mimos de enfermero. Manzanares le dio tiempo entre tanda y tanda. Poca fuerza tiene el toro y lo llevó siempre a su aire y lo condujo a media altura. Mucho torero y poco toro que embiste caminando. La estocada le valió la oreja.

Con Morante unas son de cal y otras de arena. Lima aún no lo ve en su real dimensión. Torero de arte y de contraste. En una te puede poner la plaza de cabeza y en otra te pega un petardo monumental. La tarde de hoy fue de las segundas.

Al cuarto no lo quiso ver. Con el capote estuvo ganoso. El toro entró dos veces al caballo. Después del tercio de banderillas tomó los trastos, tres pases por alto pegado a tablas y no hubo más. Cambió la ayuda por el acero y a matar. No quedan claras las decisiones de su actuar. Mal el de la Puebla que no hizo lucir al toro y peor el público que más allá de la legitima protesta se metió con el torero de mala manera. La bronca es parte de la fiesta, pero no la falta de respeto.

El que abrió plaza mostró sus credenciales de manso desde que pisó el ruedo. Nunca se entregó y siempre salió suelto. Abrevió Morante sin nada que reprocharle. Media estocada bastó para hacer doblar al de El Puerto.

Foto: Martín Campos

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