martes, 6 de junio de 2017

Oreja para Talavante y faena épica de Ureña con los victorinos

Por: Fernando Farfán

06 de junio de 2017. Plaza de Toros de Madrid. Vigésimo séptima corrida de feria. Después de idas y venidas en los corrales de Las Ventas Victorino Martín logra que le aprueben seis toros y propicia una tarde importante con dos
toros sobresalientes.
"Pastelero" que se lidió en tercer lugar fue un manantial de casta y al frente tuvo un TORERO así como se lee, con mayúsculas. La fiesta en su estado más puro donde toro y torero se enfrentan. El victorino no regaló nada y vendió cara cada una de sus embestidas. Había que dominarlo primero para que de ese dominio pueda emanar el arte. Paco Ureña estuvo a la altura, le pudo y cuajó una faena importante. El toro apretó de salida, acometió con prontitud y con toda la intención de humillar por el derecho. En la muleta el toro repite y sigue apretando, por lo que Ureña le pierde pasos al inicio. Las últimas tandas con la derecha son sin corregir el sitio. Que firme ha estado el murciano que lo intentó también por el izquierdo, pitón menos potable y peligroso. Entró a matar con mucha entrega. La espada quedó trasera y tendida. No cayó el toro y no estuvo acertado con el descabello, y lo que era de tocar pelo por partida doble merced a una faena épica y de poder quedó en una clamorosa vuelta al ruedo. El toro también fue ovacionado en el arrastre.
Alejandro Talavante con el segundo, el otro toro sobresaliente de la tarde, ha estado inmenso sobretodo toreando al natural. Éste a diferencia del anterior tuvo una nobleza extrema y embistió con gran clase. Desde un inicio hizo gala de esta cuando Talavante le gana terreno lanceando a la verónica y gustándose en unos delantales mereciendo el capote con suavidad y conduciendo las embestidas del bravo animal. Con la muleta Talavante bordó el toreo al natural. Le echó los vuelos y llevó largo al victorino toreando con temple y despaciosidad. También estuvo valiente aguantando parones y miradas. El que es buen torero no se fija en el hierro y sólo necesita un toro que le embista. Quien dice que no se le pueden hacer arrucinas a un "gris". Talavante le pegó una en una tanda muy lograda por el derecho y después un cambio de mano de los de siempre. La espada quedó trasera y estuvo fino con el descabello. Petición y oreja concedida a la hoy mejor mano izquierda del escalafón.
Talavante y Ureña tuvieron otros dos toros de condición muy distinta. Talavante abrevió con el quinto que nunca se empleó y transmitió muy poco. Ureña lo intentó con el sexto. Toro duro que transmite peligro y emoción, pero muy irregular en sus embestidas. No era fácil estar frente a él.
Diego Urdiales que completaba el cartel sorteó lo peor del lote. Abrevió con el primero, toro que sabía bien lo que había delante. Cinqueño despierto que no pasa. Con en el cuarto, otro toro que apretó de salida, tuvo el gesto de lucirlo en el caballo. Lo colocó de largo y éste se arrancó con alegría. Para el segundo encuentro casi desde la boca de riego. Muy lucida la arrancada, pero la bravura se demuestra bajo el peto. Sin opciones Urdiales con un toro sin recorrido, que la toma pero no pasa y de nula transmisión.
Foto: Plaza de Toros de Las Ventas

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