martes, 24 de mayo de 2016

David Mora volvió a lo grande

Por Fernando Farfán

Décimo novena del abono madrileño. La vida da revanchas y hoy David Mora se la cobró. Hace dos años en esta misma plaza un toro estuvo a punto de quitarle la vida y sino apartarlo para siempre de los ruedos, pero el destino le
tenía reservado otro toro. Esta vez a “Malagueño” premio a su perseverancia. El “Alcurrucén” que saltó al ruedo Venteño en segundo orden fue extraordinario.
Sin duda el toro soñado para cualquier torero. Solo hizo un extraño en su primer contacto con el capote y de ahí en adelante se desplazó con clase, nobleza y siempre humillado. La pelea en el caballo fue discreta. Se destaca aquí también la humillación y la alegre arrancada en su segunda entrada. El toro también fue alegre en banderillas y en la muleta fue fijo, pronto, codicioso y con esa tranco de más propio de su encaste. David Mora se lo brindó al médico de la plaza y empezó su faena citando en los medios. El toro no se le arrancó y acortó distancias. Así cerrado en tablas se lo intentó pasar por la espalda y fue atropellado levantándolo de mala manera. Se temió lo peor, pero solo fue un susto. Ya repuesto y vuelto a la cara del toro empezó a gustarse y bordar el toreo como siempre lo soñó. Muletazos largos y templados con la figura encajada y corriendo la mano. Las tandas son de ensueño por uno y otro lado, pero sin exigir del toro que fue llevado siempre a su aire. Al toro había que matarlo y fue lo que hizo David Mora de gran forma. Estocada en todo lo alto, efectiva y de buena ejecución. El juez no dudó en dejar caer los dos pañuelos blancos premio al torero y el pañuelo azul premio a la bravura del toro.

Alcurrucén echó esta vez una buena corrida a diferencia de su presentación anterior. Aparte del toro de David Mora hubo otros dos de juego interesante. El primero de Diego Urdiales y el segundo de Andrés Roca Rey.

El riojano estuvo frío sin poderle al que abrió plaza. Toro encastado y exigente que pedía todo por abajo y que nunca rompió. Su segundo no tuvo historia. El que hizo cuarto fue un manso de libro. 

Andrés Roca Rey cumplió su tercera presentación en la feria. Como cada tarde el peruano salió a por todas. Al primero de David Mora le hizo el quite por Saltilleras y con sus dos toros estuvo firme y solvente. Algo atropellado y encimista con el primero, pero jugándose el tipo en todo momento. A este lo mató como si las orejas estuvieran en juego. Se volcó sobre el morrillo sin importarle los derrotes que pegaba el toro. 

El que cerraba la tarde fue otro buen toro, pero de salida hizo un extraño donde evidentemente se dañó condicionando su comportamiento posterior. Encastado y con complicaciones al que Roca Rey le plantó cara estando siempre por encima de las condiciones de su enemigo. Otra vez estuvo fino con la espada dejando una entera arriba de gran ejecución 

Madrid es una plaza exigente, pero también sabe ser intransigente. Hoy pitaron la labor del peruano sin razón alguna. Sería bueno recordar que a los toreros se les mide en función a las condiciones de los toros que tienen al frente.

Foto: Manolo Briones

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