Sangre nueva necesita la fiesta, toreros jóvenes con proyección como José Garrido que hoy en Bilbao, a pesar de que se las vio con el lote menos propicio para el triunfo, dejó
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"El Cid" toreando al Natural |
satisfechos a los pocos aficionados que se dieron cita a la cuarta de las Corridas Generales 2015. Corrida mal presentada, desigual en juego y presentación la que envió Borja Domecq con el hierro de Jandilla.
El cartel lo completaban Juan José Padilla y Manuel Jesús "El Cid".
El que sí las tuvo todas consigo fue Padilla, quien no pudo aprovechar el lote que le tocó en suerte. Toreo vacío, sin fundamento e insulso. Su primero, aunque con poca fuerza, fue un toro noble, pronto, fijo y repetidor que embistió con una gran calidad desde que salió de chiqueros. Toro con sus teclas que el jerezano no supo tocar. Sus carencias se hicieron más evidentes con su segundo, un toro de vuelta al ruedo, con mucha transmisión, alegre, pronto, repetidor, con ritmo y que siempre humilló. Toro de lío al que sólo fue capaz de instrumentarle una sola buena tanda con la izquierda, lo demás toreo para el tendido. Con la espada tampoco estuvo acertado, un mete y saca, y una entera trasera y caída al segundo intento. Pañuelo azul para el toro que se fue con las orejas puestas.
Lo del «El Cid» fue una de cal y otra de arena. Con su primero no dijo nada, una vez más fue preso de la apatía. No fue bueno este segundo, embestida informal, sin transmisión y la cara a medida altura, pero "El Cid" no estuvo dispuesto a poner lo que le faltaba al toro. Con el quinto de la tarde, otro toro de gran calidad, fue todo lo contrario, aquí toreó a voluntad y con gusto, temple y despaciosidad, derechazos enganchando adelante y rematados atrás y con la izquierda naturales excelsos. Faena de oreja tras matar de una entera que demoró en hacer efecto.
Lo dicho anteriormente, José Garrido no tuvo suerte con su lote. Su primero, escurrido de carnes, se movió mucho, pero sin calidad. Disposición de Garrido con un toro con complicaciones, que aunque algo atropellado, supo resolver. El que cerraba la tarde, de preciosa lámina, no le duró nada. A este lo recibe con Verónicas encajadas, meciendo el percal, mentón en pecho y acompañando la embestida con todo el cuerpo. Con la muleta la primera tanda es de lujo, estatutarios en los medios, remate por bajo y el de pecho al pitón contrario. Después de esto no hubo más toro, arrimón final y estoconazo.
Foto: Cultoro