Por: Raúl Aramburú Tizón
Siempre creí erróneamente que la figura del torero aficionado era un patrimonio exclusivamente peruano. Estaba equivocado, felizmente, y de recordármelo se encargaron esos grandes aficionados prácticos que encontré en Mexico en primer lugar y, luego más
Siempre creí erróneamente que la figura del torero aficionado era un patrimonio exclusivamente peruano. Estaba equivocado, felizmente, y de recordármelo se encargaron esos grandes aficionados prácticos que encontré en Mexico en primer lugar y, luego más