Por: Fernando Farfán
11 de julio de 2017. Plaza de Toros de Pamplona. Séptima corrida de feria. Tarde triunfal en la que Andrés Roca Rey no pudo acompañar en hombros a Cayetano Rivera. Ambos cortaron una y una en sus respectivos toros. Entrando a matar al sexto el peruano sufrió una severa cornada en la parte interna del muslo izquierdo por lo que tuvo que pasar a la enfermería. Migue Ángel Perera que completaba la terna se fue de vacío. Se lidiaron cinco toros con el hierro de Jandilla y uno con el de Vegahermosa (1°). Bajó el listón en cuanto a presentación y salvo el primero todos manejables destacando el quinto que fue bueno.
Perera toreó bien, pero le faltó rotundidad. Su primero fue el garbanzo negro de la corrida. Frío de salida saliendo desentendido del capotazo y en banderillas va con la cara alta. Le faltó casta al de Vegahermoa. Perera lo cuidó y sin exigirle lo intentó llevar a su aire sin que le toque el engaño. En algo corrigió el defecto, pero faltó emoción. De mejor condición fue su segundo al que llevó largo y templado. El toro repite y quiere coger la muleta por abajo. Los naturales son buenos. Hubo buenos pasajes, aunque faltó rotundidad y el toro que tampoco estuvo sobrado de casta. La faena no caló en el púbico y el toro es despachado con un pinchazo hondo.
Cayetano Rivera cayó de pie en Pamplona, plaza en la que hacía el paseillo por primera vez. Torero que goza de gran carisma, clásico por momentos y arrebatado en otros. Hoy gustó mucho y sin torear se metió al púbico en el bolsillo. Con su primero, con pases cambiados de rodillas y dos molinetes calentó el tendido. Puesto de pie condujo al astado con suavidad que fue boyante en la muleta, pero su condición de manso la cantó al final cuando intentó rajarse. Redondos invertidos para rematar una faena muy de Pamplona. Buena la estocada con su particular forma de entrar a matar y el juez atendió la petición mayoritaria. Su segundo fue el mejor de la corrida al que se le hizo las cosas bien. Fue bueno el tercio de varas y los de plata se lucieron. En la muleta muy torero fue el Inicio por ayudados por alto. El toro fue mejor en la media distancia, la que aprovechó Cayetano sin ceñirse. Se cumplió el dicho que no hay quinto malo. El toro fue bueno, tuvo clase, motor y fue a más. Cayetano lo toreó sin profundidad y se descaró al final en un desplante. Media estocada tendida y dos descabellos acabaron con su enemigo. Oreja pamplonera que le aseguraba la puerta grande.
Roca Rey se jugó la vida una tarde más. Mientras los toros se lo permitieron intentó el toreo fundamental. No tuvo una tarde redonda, pero le alcanzó para cortar una oreja en cada toro. Con su primero se echó el capote a la espalda sin probaturas. En el caballo lo dejó crudo y en la muleta inició de rodillas donde se vio que el toro apretaba. Roca Rey le bajó la mano en una primera tanda y aunque fue mejor por el izquierdo el toro fue a menos. Es ahi cuando llegó el arrimón clavado en la arena pasándose el toro a su antojo por delante y por detrás sin corregir un ápice la posición. Un desplante soltando la muleta para luego pinchar y dejar una entera trasera. A su segundo también lo dejó crudo en el caballo. El toro va de largo y las ya clásicas saltilleras cambiándole el viaje son de infarto. Otra vez clavado en la arena, pero ahora al inició por estatutarios. Corre bien la mano Roca Rey en la primera serie. Por el izquierdo no hay lucimiento. Faena destemplada y sin acople. Entró a matar en corto y por derecho con absoluta verdad. Clava la espada y se le rompe dejando tres cuartos de acero dentro del toro. Es cogido por lo que tuvo que pasar a la enfermería. Perera se hace cargo y despacha al bicho con un certero descabello y la oreja concedida la recibe un subalterno. Puerta grande que esta vez es cambiada por la de la enfermería.
Foto: Javier Arroyo
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