domingo, 9 de julio de 2017

Mansada de El Puerto de San Lorenzo

Por: Fernando Farfán

09 de julio de 2017. Plaza de Toros de Pamplona. Quinta corrida de feria. Tarde accidentada en la que se lidiaron cinco toros de El Puerto de San Lorenzo y uno de la Ventana del Puerto corrido en sexto lugar. Pablo
Saugar "Pirri" de la cuadrilla de Curro Díaz fue herido de gravedad banderilleando al primero de la tarde. La corrida ha sido mansa y descastada salvándose el segundo que con sus complicaciones le permitió cortar una oreja a Paco Ureña y el dócil, manejable e inválido sexto con el que José Garrido también tocó pelo. Este fue el toro que en el encierro de la mañana tomó ventaja sobre el resto.
Verónica de José Garrido

Corrida además de mansa, desigual de presentación. Curro Díaz sorteó los de mayor cuajo. El primero fue un toro imponente rematado por sus cuatro costados, de embestida brusca y desacompasada con el que Curro estuvo bien. Oficio del sevillano que a base de templar los muletazos pudo corregir en algo los defectos.
El cuarto fue remiso a los engaños. Siempre con la cara alta y la embestida descompuesta. Un mansito que se rajó al final. Sin opciones Curro con un toro que se puso imposible para entrar a matar, al que despacha con una estocada de recurso.

El primero de Paco Ureña tuvo la intención de humillar desde que salió. Ureña lo lanceó con gusto y lo cuidó en el caballo. No es fácil el burel. Muy irregular en su acometer y se descompone peor cuando logra tocar el engaño. Ureña no se terminó de entender con un toro complicado, pero con opciones. La oreja concedida fue más por mérito a la estocada que a la faena en sí. 
Su segundo es protestón y suelta la cara haciendo imposible el trasteo. Con este porfió Ureña infructuosamente.



José Garrido jugó bien los brazos con el capote en sus dos toros. No es un secreto lo bien que maneja el percal. Su primero, un manso venido a menos que protesta y aprieta hacia los adentros. Garrido alargó innecesariamente la faena y el toro acentuó sus defectos hacia el final. Sufrió Garrido para enterrar la espada. 

Su segundo con el otro hierro de la casa le permitió estar a gusto. Un toro tan dócil y manejable como inválido. Poca transmisión del castaño que toma bien la muleta, pero le falta fuelle para terminar el pase. El de la Ventana del Puerto quiere, pero no puede. Aquí Garrido puso lo que le faltaba al astado. Pinchazo y estocada honda que el público pamplonés premió con una oreja.

Foto: @infojosegarrido

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