lunes, 3 de diciembre de 2018

En Acho... Roca Rey por la puerta grande

Por: Fernando Farfán

Lima, Perú. Domingo 02 de diciembre de 2018. Plaza de Toros de Acho. Quinta y última de la Feria del Señor de los Milagros. Tarde de expectación, de intenso brillo solar y de lleno hasta las banderas. Acho no lucía así hace mucho tiempo. No hay duda que Roca Rey es profeta en su tierra. Se han lidiado seis toros del hierro español de Sánchez Arjona.Corrida mal presentada con dos toros sin el trapío para una plaza de primera. (1ro y 3ro). Y otros dos muy justos de presencia. (5to y 6to). Todos de juego dispar, siendo bueno el quinto premiado con una vuelta al ruedo exagerada.

Enrique Ponce: Saludo y silencio.

Julián López El Juli: Silencio y oreja.

Andrés Roca Rey: Oreja y dos orejas siendo la segunda protestada.

Detalles:

Destacaron los de plata Eduard Valdez y Ronald Sánchez pareando al sexto. Ambos se desmonteraron. Con el cuarto estuvo bien Robert Tacza y cumplió Alonso Mamani.

Corrida con tres toreros que se podría decir pertenecen a tres generaciones distintas. Tres figuras del toreo y posiblemente los tres más representativos de los últimos treinta años. El cartel más rematado no podía estar. Las figuras del toreo lo son por algo y hoy lo demostraron. Ponce toreó magistralmente al primero. El Juli estuvo en figurón con el quinto y Roca Rey se inventó una faena con el tercero. Lo que hizo cada uno con lo le tocó en suerte está al alcance muy pocos.

El primero de la tarde levaba el número dos en la paletilla, pero se anunció como nueve en el programa. Sin trapío y pobre de cara solo recibió un puyazo. Algo le vio Ponce que lo brindó al público. Se defiende el toro en los primeros compases. Ponce lo administró perfectamente y la receta del temple no le falló.

El toro la toma, pero se desentiende al final del muletazo. Poco a poco Ponce logró encelar al burel y meterlo en la canasta. Por el derecho trazó muletazos alargando el recorrido, lo que no consiguió por el izquierdo. Poca fuerza y trasmisión de un toro al que Ponce no le exigió, pero supo sacarle lo que llevaba dentro. Con la espada pinchó y al segundo intento deja una estocada baja y trasera.

El cuarto fue un toro serio y ofensivo por delante. Se distrae de salida y embiste con recelo. Ponce cambió el tercio sin que el toro haya recibido castigo. En un descuido éste se vuelve arrancar al caballo y el picador coloca la vara por defender su cabalgadura. Ponce nunca se confió del toro que ya había demostrado poca entrega, y en cada muletazo se lo pasó muy lejos. Ventajismo puro y aunque aguantó parones por el escaso recorrido del astado siempre estuvo aliviado. No hubo toro y tampoco faena. La espada otra vez le quedó baja.

El segundo también tuvo seriedad y cara. Embiste descompuesto y sin entrega. El Juli lo dejó crudo en el caballo. Con una sola entrada cambió el tercio. Quitó por chicuelinas que remató con una media. Inició por doblones buscando ahormar la embestida, pero el toro no la compone y protesta los muletazos. Por ambos pitones es la misma historia. No está a gusto El Juli y abrevia faena. Mató de una entera arriba marca de la casa.

El quinto justo de presencia y gacho de cornamenta salió alegre. Las verónicas de recibo son cargando la suerte y el remate de la media en los medios quieto como un mármol. El toro empujó en el caballo y con un puyazo ordenó el cambio Julián. En el quite combinó delantales de mano baja y tafalleras rematando el ramillete con una larga.

El toro es pronto y tiene movilidad. Ahora sí dice El Juli y lo brinda. Inició faena por bajos, pero sin quebrantar al toro que embiste rebrincado y sale distraído. Las series son cortas y los naturales limpios. El toro tuvo un gran pitón de derecho por el cual El Juli basó su fanea. Mando y poder para conducir las embestidas. Vuelve al pitón izquierdo y bajó la mano arrastrando la muleta, barriendo el albero y acariciando las embestidas.

Naturales que se dicen en un instante, pero que hacen eco en la eternidad. Por el derecho adelantó la muleta, tiró del toro y ligó los pases. Faena de poder y dominio total sobre un toro que fue bueno, al cual Julián literalmente exprimió. El clímax llegó con un redondo invertido ligado con el cambio de mano. Puesto en el sitio ligó tres más y el ultimo lo vuelve a rematar pasándose la muleta de la derecha a la izquierda. La faena fue de una rotundidad absoluta propia de un torero mandón. Pese a pinchar y dejar una entera contraria tocó pelo.

El tercero fue un toro terciado, sin trapío y brocho. Roca Rey lo recibió a la verónica templando el percal. Solo un picotazo y sonó el clarín del cambio de tercio. Quite por chicuelinas y el remate capote a una mano. Roca Rey lo brinda a su público que lo ha ido a ver.

El inicio es por estatuarios muy ceñidos. El toro lleva la cara a media altura, no tiene recorrido, se queda a mitad de camino y se descompone al final. Roca Rey acortó distancias por el izquierdo. Citó dando el pecho y alargó los muletazos. Aguantó muchísimo.

Por el derecho se puso entre los pitones y lo que no tenía el toro lo puso él. Las bernardinas finales son de infarto. Faena de valor, de querer y de técnica. Pincha con el acero para luego recetar un estoconazo. Oreja.

El sexto fue otro justo de presencia, pero se tapó por la cara. Sale distraído y no se entrega. Capote a la espalda y las gaoneras son llevando toreado al astado. Dos estatuarios y el cambiado por la espalda para iniciar.

El toro es pronto y se mueve, pero sale distraído. Cambió de mano y es mejor por el izquierdo. Roca Rey toreó con hondura al manso que tuvo al frente. La faena fue de más a menos. Luquecinas finales frente a las tablas del diez y para cerrar manoletinas cuando ya no había toro. Un estoconazo en la suerte natural pasaportó al de Sánchez Arjona y lo que era un triunfo limpio con una oreja de ley es manchado por el juez otorgando una segunda que no venía al caso.

Foto: Martín Campos

No hay comentarios:

Publicar un comentario