Por: Fernando Farfán
La primera plaza del Perú y la más antigua de América no es más la que fue. Mantiene su solera y tradición. Su historia perdura, pero su tradicional feria en honor al Señor de los Milagros deja mucho que desear. El toro dejó de ser importante, la categoría de la plaza viene siendo degradada y no hay respeto por el aficionado.
Empresas y toreros foráneos hacen lo que les viene en gana. La segunda de abono anunciaba toros de Santa Rosa de Lima, La Viña y El Olivar. Tres de Alfredo Galdós y tres de Aníbal Vásquez para los españoles Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y el peruano Joaquín Galdós.
Empresas y toreros foráneos hacen lo que les viene en gana. La segunda de abono anunciaba toros de Santa Rosa de Lima, La Viña y El Olivar. Tres de Alfredo Galdós y tres de Aníbal Vásquez para los españoles Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y el peruano Joaquín Galdós.
Los de Paiján, por las fotos que el mismo ganadero compartió, toros serios y con cara.
No se hizo esperar entonces el baile de corrales al que las figuras nos tienen acostumbrados. Sin comunicación previa de la empresa la corrida fue remendada. La pizarra de la plaza finalmente consignó cuatro toros de Santa Rosa de Lima y dos de Sánchez Arjona sobrantes del año pasado.
No se hizo esperar entonces el baile de corrales al que las figuras nos tienen acostumbrados. Sin comunicación previa de la empresa la corrida fue remendada. La pizarra de la plaza finalmente consignó cuatro toros de Santa Rosa de Lima y dos de Sánchez Arjona sobrantes del año pasado.
Los cuatro de la familia Galdós muy pobres de cara. Todos con cornamentas indignas para una plaza de primera donde se pagan las entradas más caras del mundo. El que salió en segundo orden fue protestado de salida por su nulo trapío y devuelto a los corrales después que dobló las manos. Pretexto perfecto para que el Juez saque el pañuelo verde y eche para atrás un toro que nunca debió pasar el reconocimiento. Los dos de Sánchez Arjona y el sobrero de La Ventana del Puerto con el guarismo del cuatro. Los tres con cara y el cuajo de sus cinco años.
Miguel Ángel Perera: Silencio en su primero después de un pinchazo hondo trasero y un golpe de descabello. Vuelta en su segundo después de un bajonazo.
Paco Ureña: Silencio en su primero después de un mete y saca, y una entera en buen sitio. Oreja en su segundo después una buena estocada en todo lo alto.
Joaquín Galdós: Oreja protestada en su primero después de una entera desprendida. Palmas en su segundo después de tres pinchazos y una entera.
Se guardó un minuto de silencio en memoria del Dr. Moisés Tacuri, ex médico de la plaza de Acho y alcalde de la provincia de Tarma, fallecido la madrugada del lunes pasado.
Tarde de subalternos. Estuvieron bien con los palos y saludaron sonoras ovaciones Dennis Castillo, Ricardo Ramos “EL Loro” y Ronald Sánchez. Cumplieron también Darwin Salazar “Tachuela” y Javier Ambel.
Lo más destacado lo protagonizó el torero a caballo Ángelo Caro. Da gusto ver cuando se hacen las cosas bien. Picó de manera soberbia al quinto. El de La Ventana del Puerto empujó con fuerza llevando al caballo hasta los medios. Aguntó Caro dejando un puyazo como hace tiempo no se veía en Acho. El público lo supo ver y la plaza puesta en pie ovacionó al buen varilarguero nacional. Reivindicación de una suerte últimamente venida a menos, pero que bien hecha resulta de las más bellas. Bueno hubiera sido ver una segunda entrada al caballo, aunque eso ya era mucho pedir para una plaza que se jacta de primera, pero donde solo se pica una vez.
Perera se acomodó con dos de Santa Rosa. El primero reacio a embestir de salida recargó en el caballo. Toro venido a menos y con la casta por los suelos. El cuarto que también recargó bajo el peto le faltó motor. Poca importancia tuvo lo que hizo el extremeño frente a dos animales que de seguro le hizo recordar sus épocas de novillero. Nada que rescatar con el que abrió plaza. Con el impresentable cuarto, gacho y brocho de defensas, estuvo fiel a su concepto. Poderoso y dominador con un animal dócil y obediente que iba y venía a la voluntad de su muleta. La antítesis del toro bravo. El arrimón sobre el final, cuando ya al toro le costaba mantenerse en pie, fue por demás ventajista.
Ureña vio su segundo irse devuelto a los corrales. Corrió turno y salió el anunciado como quinto. Un cinqueño de Sánchez Arjona acapachado de cuerna. El toro no humilla y pasa sin decir nada. La cara siempre por encima del estaquillador. Lo intentó Ureña sin lograr que el público entrara en la faena. Su segundo fue el sobrero de la Ventana del Puerto. Serio, hondo y enseñando las puntas. El inicio de su trasteo fue por bajos. Es buena la primera tanda. Ureña administró bien a su oponente qué le costó moverse. Las series son cortas e intentando alargar las embestidas. Faena larga de muletazos sueltos muy sentidos.
Galdós estuvo predispuesto y con ganas de agradar. Al tercero impresentable como sus hermanos lo recibió a porta gayola. Lo brindó al público. Lo sometió en un inicio por bajos ligando los pases en redondo pegado a tablas. El toro repite, pero busca la huida. Estuvo correcto Joaquín, aun así la oreja fue mucho premio para lo que hizo. Bien protestada por el público y mejor el torero al no pasearla. El que cerró plaza de Sánchez Arjona tuvo también la seriedad que se pide. Toreó bien el peruano, con temple y ligando los derechazos para rematar con los de pecho que tienen enjundia. Cambia de mano, pero el toro es menos claro por el izquierdo. Vuelve a la derecha para instrumentar derechazos mandones. Faena pulcra e inteligente dando tiempo y la distancia necesaria. Tres molinetes finales fueron auténticos carteles de toros. Si no fallaba con el acero aquí la oreja era de ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario