lunes, 7 de agosto de 2017

En tarde triunfal en Sicaya Sánchez Vara y Juan Carlos Cubas abren la puerta grande

Por: Fernando Farfán

Monumental Plaza de Toros de Sicaya (Huancayo, Perú). 04 de agosto de 2017. Con un lleno se han lidiado toros de El Rosario, bien presentados, aunque todos mansos
en distinto grado y con la casta al límite, siendo el primero dócil y manejable con opciones, el segundo de escasa fuerza, el tercero con visión defectuosa y remiso a embestir, el cuarto un manso rajado con clase que vio caer el pañuelo naranja, el quinto sin clase venido a menos y el sexto un manso con su punto de genio.
Sánchez Vara: Oreja y dos orejas y rabo simbólico.
Emilio Serna: Silencio y oreja.
Juan Carlos Cubas: Dos orejas y silencio.

Detalles:
Sánchez Vara y Emilio Serna hicieron el paseillo desmonterados.

Sicaya pueblo generoso del valle del Mantaro le rinde homenaje cada 04 de agosto a su Santo Patrono Domingo de Guzmán, y en su honor se celebra una corrida de toros. Pueblo festivo de gente alegre y hospitalaria que hoy en tarde soleada se volcó a su plaza de toros hasta casi llenarla para ver a los españoles Sánchez Vara, Emilio Serna, y al de la tierra Juan Carlos Cubas, ante toros de El Rosario propiedad de la familia Simpson.
La fiesta en el interior del Perú se vive de un modo particular, que obedece a la idiosincrasia de los lugareños y también a la informalidad con la que se celebran los festejos. Sicaya no es ajeno a eso y la tarde de hoy fue fiel reflejo. Tarde en la que se concedieron trofeos de manera generosa, donde incluso se indultó un toro, y que el púbico en su mayoría festivo avaló. Corrida presidida además por un juez fácilmente influenciable. En el tercer y quinto toro mandó cambiar el tercio de banderillas con un solo par.
Sánchez Vara tuvo una tarde de cara y sello. Aliviado y ventajista con su primero, artístico y efectista con su segundo. Buen manejo de capote del español y solvente con las banderillas. Con el primero se estiró a la verónica en el recibo capotero y es vistoso el galleo por chicuelinas. Picó trasero Franklín Díaz. Con dos pares se cambió el tercio. El toro es fijo y pronto, pero de embestida sosa. No se entregó Sánchez Vara y toreó fuera de cacho. Faena sin acople que remató con una entera desprendida y trasera. El juez concedió una oreja que no fue pedida de manera mayoritaria.
Al que hizo cuarto lo lanceó primorosamente. Las verónicas fueron cadenciosas y las chicuelinas con gusto, rematando el saludo con una torerísima revolera. El toro acusó una lesión de los cuartos traseros al salir del caballo y dobló las manos repetidas veces. Este fue el único de la corrida al que se le colocaron los tres pares de banderillas reglamentarios. Gran tercio de Sánchez Vara clavando en lo alto. Con la muleta no obligó al manso que ya había hecho amagos de rajarse. Los muletazos son templados y la muleta siempre en la cara obligándolo a repetir, evitando así la huida al abrigo de las tablas. El toro tuvo clase y Sánchez Vara alargó la faena buscando desde ya el indulto. Al final con el toro practicamente sin vida se arrimó ligando los muletazos en un palmo de terreno y al ritmo de un huyano que él mismo pidió tocar, el indulto fue concedido a un toro que no lo merecía.
Emilio Serna que estuvo entregado y voluntarioso le tocó lo peor del lote. Su primero tomó una buena vara de manos de Rafael López y con dos pares se cambió el segundo tercio. El toro falto de fuerza y de casta puntea el engaño y sale distraído. Por el izquierdo hay dos buenos naturales. Serna lo termina toreando pegado tablas donde alterna los pases por uno y otro pitón. Marró con la espada, primero una que hizo guardia, luego un pinchazo para dejar después una entera y varios golpes de descabello.
Su segundo fue un toro sin clase, descastado y venido a menos. Pasó susto Emilio al ser prendido dos veces sin consecuencias. Si con su primero no estuvo fino con los aceros, aquí fue todo lo contrario. La estocada fue de gran ejecución. Para ponerle un pero algo trasera, pero de efecto fulminante. La estocada sola le valió la oreja.
Juan Carlos Cubas mostró madurez y que le funciona la cabeza. Su primero con un defecto en la vista se vuelve contrario y viene vencido. En el caballo empujó y recibió un fuerte castigo. Se agarró bien Yaco Reyes y picó en buen sitio. El toro se frena en la muleta y tiene el defecto de ser distraído. Nadie daba un medio por él, pero Cubas tuvo el mérito de meterlo en la muleta a base de torearlo con mucha suavidad. El toro sólo pasa sin codicia alguna, pero dentro de todo fue agradecido a lo bien que le hicieron las cosas. El de El Rosario se puso difícil en la suerte suprema, y Cubas haciendo gala de oficio dejó una media lagartijera. Dos orejas.
A su segundo lo terminó toreando en penumbras. El toro salió con pies y embistió con celo al capote del huancaino. Yaco Reyes solo señala la puya y con dos pares se vuelve a cambiar el tercio. El manso tuvo un punto de genio al que Cubas toreó por momentos con profundidad.

Foto: Martín Campos

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