Por: Fernando Farfán
Con un poco más de media entrada en los tendidos en la Bicentenaria Plaza de Acho, y brillo solar se llevó a cabo la segunda corrida de abono en Lima. El turno fue para los toros nacionales de La Viña y El Olivar, todos de correcta presentación, justos de fuerza y con
posibilidades en distinto grado.
posibilidades en distinto grado.
Fernando Roca Rey: Saludos y oreja.
Joselito Adame: Silencio y silencio.
Juan del Álamo: Silencio y oreja.
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Volvió el toro con edad, peso y trapío a Acho de la mano de tres toreros que están lejos de ser considerados como figuras. Corrida que dio en la báscula un promedio de 547 kilos. Fueron tres de La Viña (1ro, 3ro y 5to) y tres del El Olivar (2do, 4to y 6to) variopintos de
capa y de juego desigual. Fue soso y sin trasmisión el primero, venido a menos y con poca fuerza el segundo, inválido descastado el tercero, débil de manos, con movilidad y sin duración el cuarto, desarrolló sentido y con genio el quinto, bravo en la muleta, con un gran pitón derecho y clase el sexto. Ninguno recibió los dos puyazos de reglamento y tres de ellos solo fueron señalados debido a su poca fuerza.
La tarde marcaba la reaparición de Fernando Roca Rey en Acho después de tres años de haber estado prácticamente de para. Hoy fue todo actitud y ganas de agradar. Actuación decorosa con poco o nada que reprochar. Exagerado por momentos en los desplantes, estuvo variado con el capote, cumplidor en banderillas, intermitente con la muleta y acertado con la espada.
Con su primero, jabonero de capa, en clara declaración de intenciones se fue a porta gayola. De salida no se desplaza el toro pegando un parón, pica arriba César Caro y el quite es por chicuelinas. Con los palos pasa tres veces por el mismo pitón clavando arriba. Brinda al público e inicia con pases cambiados por la espalda. Mejoró el toro su movilidad, pero siempre sin humillar, protesta y sale con la cara alta. Son templados los muletazos de la segunda tanda. Fernando le da tiempo y distancia, cambia de mano y deja ver un buen natural. El toro que fue soso y escaso de trasmisión se aplomó por completo. Mata de una estocada de buena ejecución ligeramente trasera en la suerte contraria.
Su segundo es un negro mulato de capa y acapachado de cuerna. Coloca bien la cara de salida y es bueno el recibo capotero. Se luce otra vez con el capote en un galleo por chicuelinas para llevar el toro al caballo y sin ser picado se cambia el tercio. El quite por zapopinas es poco vistoso y remata con una larga de rodillas. Otra vez pide los palos y deja un buen primer par y mejor el segundo, pero siempre por el mismo pitón sin alternar. El tercero es al quiebro.
Este también lo brinda al público y cita puesto de hinojos. El toro pierde las manos acusando poca fuerza. Lo cuida Fernando y lo lleva a media altura, pero dejándose tocar el engaño. Por el izquierdo le bajó la mano y vuelve al derecho para torera de rodillas en una tanda bien lograda. Faena intermitente y destemplada por momentos. Bernardinas finales y otra vez se tira a matar en la suerte contraria. La espada vuelve a caer ligeramente trasera y algo contraria. Petición mayoritaria y el juez concede la primera oreja de la tarde que es protestada por un sector de la plaza.
A Joselito Adame se le recuerda en Lima por su buena presentación en la feria del 2014. No pudo reeditar esa buen actuación el año pasado y este año ha ido a menos. Luce desencajado y fuera de sí.
Su primero es otro de los jaboneros, enmorrillado y serio. Se movió de salida el morlaco y Joselito lo recibe a la verónica y remata el saludo con el capote a una mano. El picador señala mal y corrige. Chicuelinas y tafalleras en el quite. Lo brinda al público. El toro se mueve en los primeros compases, toma bien el engaño, pero tiene poca fuerza y sale con la cara a media altura. Se vino a menos muy pronto. Cuanto acortó distancia el toro fue mejor. Buena tanda al final dejándose rozar los pitones. Pincha en la suerte contraria al primer intento, vuelve a pinchar para dejar luego una entera en buen sitio.
Su segundo negro de capa echa las manos por delante y con un solo puyazo es cambiado el tercio. El toro pega derrotes y embiste dando arreones. Se defiende y desarrolla genio y sentido. El cite es al pitón contrario. Se queda corta el toro y mira al bulto. Pases de castigo al final y con la espada un pinchazo hondo desprendido y dos golpes de descabello.
En el papel Juan del Álamo era el plato fuerte del cartel pues venía auspiciado por su triunfo en Madrid en la última Feria de San Isidro. Si bien con su primero no tuvo opción, con su segundo no estuvo a la altura.
El tercer toro de la tarde fue un albahío bonito de tipo, pero vacío por dentro además de invalido. Destacan Rafael López que señala bien la vara sin profundizar en el castigo y Alonso Mamani que clava en la cara dos buenos pares, aunque el último le quedó trasero. No hay nada por hacer y con dos pinchazos y un bajonazo pasaporta al de La Viña.
El cierra plaza fue un jabonero sucio, brocho, y aplaudido de salida por sus buenas hechuras, las que honró con un comportamiento de bravo en la muleta. El toro se desplazó con clase desde el inicio. Metió la cara abajo en la cabalgadura y señaló en buen sitio David de la Barra. Este tampoco fue picado. El toro embiste con ritmo y tiene un buen galope. Todo hacía presagiar que la faena sería importante. Desde el inicio el toro dibujó surcos en la arena. Por el derecho manda del Álamo en las primeras embestidas templando los muletazos. Por el izquierdo es menos claro y se ciñe. Toro exigente con un gran pitón derecho que no aprovechó el salmantino. Toro de puerta grande al que solo le cortó una oreja después de dejar una entera pasada de buena ejecución. Palmas al toro en el arrastre.
Foto: Martín Campos
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