Por: Fernando Farfán
Domingo 18 de noviembre de 2018. Plaza de Toros de Acho. Lima, Perú. Tarde de intenso brillo solar y buena entrada en los tendidos. El público llenó Acho en poco más de tres cuartos de plaza. Corrida de expectación y con un runrún de tarde grande en la previa. Los toros españoles, tres de Daniel Ruiz, dos de Sánchez Arjona y uno de Olga Jiménez que remendó la corrida. Desiguales en juego y presentación.
Juan José Padilla: Oreja y oreja.
Antonio Ferrera: Silencio y vuelta al ruedo.
David Fandila El Fandi: Oreja y saludo.
Detalles:
La pita siempre se rompe por el lado más débil. Frente a las fuertes críticas que recibió la semana la pasada el juez de plaza, el Consejo Taurino creyó oportuno cambiar a los directores del cambio de suerte, dándole de esta manera un nuevo aire al palco.
Aclarando que dicho consejo no tiene dentro de sus funciones poner ni cambiar al juez, pues esto es potestad del alcalde del Rimac. Oportuno cambio que se tradujo en un correcto desarrollo de la lidia. No fue el juez protagonista esta semana y las decisiones tomadas han sido acertadas.
Tarde emotiva la vivida en Lima. Desde el paseíllo se notó la disposición del público con el torero pirata que enarboló su bandera en el coso de Acho por última vez. La ovación que se le tributó obligándolo a salir a saludar fue atronadora. La afición limeña lo quiso ver salir a hombros y así lo hizo. Lima despidió así al héroe, al ser humano, al guerrero invencible.
Juan José Padilla recibió al primero a la verónica. El de Daniel Ruiz, serio y bien armado coloca la cara. Bien en la brega Daniel Rodríguez. Un puyazo y el quite por chicuelinas. Pidió los palos Padilla y cumplió en gran forma. Arriesgó mucho con el segundo par de dentro hacia afuera.
Brinda al público e inicia de rodillas. Buena la primera tanda. El toro humilla, pero protesta al final del muletazo. Son mejores los inicios que el final. Faltó temple. De más a menos, toro, torero y faena. Desplante final marca de la casa. Mató de una entera contraria. Había más toro del que Padilla mostró. Oreja concedida tras petición mayoritaria.
El de la despedida fue de Olga Jiménez. Justo de presencia, sin remate y cómodo de cara. No quiere caballo el toro mostrando su mansedumbre desde un inicio. Recibió solo picotazos. Se vuelve a lucir con los palitroques. Los dos primeros al cuarteo y el último al violín. Los tres quedaron traseros.
Empieza con estatuarios sin poder fijar al toro que sale distraído. Tiene movilidad el manso. Padilla lo sujeta dejándole la muleta en la cara. Faena sin contenido. Todo toro tiene su lidia, pero el Ciclón de Jerez no se la dio. La estocada fue buena y tras petición atendida por el juez cae la segunda oreja que le abre la puerta grande de Acho. Poca exigencia de un público que premió más que la faena, la trayectoria de un torero que siempre fue honesto y dignificó el traje de luces.
Antonio Ferrera volvía a Acho después de algunos años. Más torero y más maduro Lima pudo ver su mejor versión. Apático con su primero, pero entregado y en maestro con su segundo.
El de Sánchez Arjona serio por delante, pero escurrido de los cuartos traseros no le dio opciones. De salida echó las manos por delante y en el caballo empujó con la cara alta. No está para banderillas, pero el público le recrimina su negativa.
Intenta brindarlo, pero desiste ante las pifias de un respetable que a veces no respeta a los que se ponen delante. Soso el toro, manso y descastado no humilla y protesta. Por el izquierdo igual. No hay tela que cortar y lo pasaporta de una entera pasada y un golpe de descabello.
Otra fue la historia con el de Daniel Ruiz. Un toro con todo el trapío y seriedad que se requiere. Manso en el caballo, pero se empleó en la muleta. Ferrera aquí sacó el alma a pasear. Se gustó, se entregó y toreó como hace tiempo no se veía. La faena fue rotunda y maciza. Toreo caro y añejo que rompe con la monotonía actual.
Fue emocionante el segundo tercio. Ferrera ahora sí cogió los palos e invitó a banderillear a sus compañeros. Se lucieron los tres. Si emocionante fue la ejecución, emotivo fue el abrazo en el que se fundieron en el centro del ruedo.
Citó en los medios desempolvando una vieja suerte. Son cortas las series rematadas con el de pecho. El toro es fijo y acude con prontitud. Faena bien estructurada, dosificando y dándole tiempo al toro, al que fue haciendo de a pocos. Toreó con hondura Ferrera por ambos pitones. Los naturales arrastrando la muleta. La faena siempre a más, de un gusto exquisito y el temple como arma fundamental. Faena de escapulario malograda con la espada. Pinchó, estocada corta y tres intentos con la de cruceta. De ley la vuelta al ruedo.
David Fandila El Fandi estuvo en lo suyo. Variado con el capote y espectacular con las banderillas. Con la muleta poco que decir. El que hizo tercero de Daniel Ruiz enseñaba las puntas. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas. Después de un puyazo, el quite fue por chicuelinas rematadas con una serpentina. El toro pasa sin ninguna emoción y El Fandi solo se limitó a acompañar sus sosas embestidas. Solo una buena tanda sobre el final corriendo bien la mano. Despertó el público en el epilogo con unos molinetes de rodillas. Pinchazo y entera en buen sitio de rápido efecto. Oreja benévola cuando justa era la vuelta.
Cerró plaza otro de Sánchez Arjona de correcta presentación, pero menos rematado. El recibo otra vez con una larga cambiada de rodillas y repite el quite por chicuelinas, sumando ahora una caleserina. Ovacionado fue el segundo tercio. El primer par cuarteando, el segundo corriendo para atrás y el tercero al violín.
Inicia de rodillas pegado a tablas. Luego la vitolina para sacarse el toro hacia el tercio y el remate por bajo. El toro con poca transmisión fue mejor por el derecho. Algún buen muletazo hubo. Por el izquierdo muchos enganchones. No se entendió con el toro y sobre el final desplantes innecesarios. La estocada de buena ejecución le quedó trasera y no fue suficiente. Acertado estuvo con el descabello.
Foto: Martín Campos
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