Escritor español estaría conformando Jurado Taurino de Acho

Por: Fernando Farfán

A dos días de la primera corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros aún no tenemos noticias de cómo estará conformado este año el Jurado Taurino que fallará los Escapularios de Oro y Plata a los triunfadores del serial limeño.

Pero lo que sí ha trascendido es que uno de los miembros del jurado seria el escritor español Gonzalo Santonja quien habría sido invitado por el alcalde Peramás para reforzar el jurado.

Esto último no tiene ningún sentido y constituye una afrenta y menosprecio a la afición de Lima; ¡como si por estos lares no hubieran aficionados capaces y entendidos para desarrollar esta labor!

La noticia ha sido propalada por un canal de televisión español, pero aquí aún se guarda hermetismo y no se hace pública.

Durante toda su gestión el alcalde Peramás solo ha conseguido desprestigiar los otrora preciados escapularios, manipulando a su antojo la conformación del jurado consiguiendo tener siempre mayoría, lo que le resta credibilidad a los fallos emitidos y al parecer este año no será la excepción.

No estamos poniendo en tela de juicio la honorabilidad, ni los conocimientos taurinos del señor Santonja -a quien por cierto nadie conoce en Lima- pero sí fustigamos su designación como miembro del Jurado Taurino, que de mantener la estructura anterior, sería -tras objetivo análisis a su hoja de vida taurina o curriculum vitae- uno de los llamados Aficionados Connotados para ejercer esta labor.

Cabe recordar que el jurado anterior estuvo conformado por:

• El Alcalde, quien preside el jurado.
• Tres regidores de la municipalidad, los que han demostrado tener cero conocimientos taurinos y a los que solo se les ve la última tarde para la votación.
• Seis aficionados elegidos por sorteo, lo cual no garantiza la idoneidad de estas personas para ejercer la labor.
• Un representante de las Peñas Taurinas, a quien nada se le objeta.
• Seis Aficionados connotados elegidos a dedo por el alcalde.

Como se ve, diez de los diecisiete votos volverían a estar por decirlo de alguna manera en poder del alcalde.

No solo es eso, sino que en todos los años de gestión, el alcalde Peramás no ha sido capaz de reglamentar los criterios de la elección, siendo hasta ahora un misterio si el jurado premia la mejor faena de la feria o al triunfador de la misma, lo que crea confusión durante la elección, pues no hay uniformidad y cada miembro vota según su propio criterio.

Elección que se hace a la carrera después de la última tarde sin la debida evaluación de las faenas. Todo bajo la modalidad de voto secreto y el mayor desorden que se pueda imaginar.

Por todo lo anterior la elección se ha convertido en un mamarracho, y por lo visto el alcalde Peramás, quien preside por último año el jurado, porque afortunadamente no ha sido reelegido en su función municipal, no tiene la más mínima intención de cambiar la situación actual.

También hay que decir que no una, sino varias veces, se le ha propuesto hacer cambios en el Reglamento Taurino para adecuarlo a las características y necesidades de la plaza, pero nunca ha hecho caso, demostrando su poca motivación por lo estrictamente taurino, dejando claro que lo único que le interesa es valerse de la feria para sus interés políticos y económicos, pues todos estos años ha debido venirle muy bien a su gestión el 10% de la taquilla que cobra el municipio por impuesto a los espectáculos no deportivos y las entradas de cortesía que se le son asignadas.

Lo que sí ha hecho con diligencia es la designación del Presidente de la Plaza de Toros a través de una resolución de alcaldía con fecha 19 de octubre. Este año el cargo vuelve a recaer en el señor Fernando Loayza, quien seguramente es una buena persona además de buen profesional, pero por su desempeño en ferias pasadas ha dejado claro no estar a la altura de las circunstancias, cumpliendo solo un rol decorativo y no el de hacer cumplir el reglamento para velar por la calidad del espectáculo en salvaguarda de los intereses del aficionado.

Es así que empezamos una feria más, con un alcalde haciendo méritos para ganarse el título de persona no grata y pasar a la lista de los de triste recordación como otros que se sentaron en el sillón municipal rimense.