Por: Fernando Farfán
Domingo 11 de noviembre de 2018. Plaza de Toros de Acho. Lima, Perú. Con un poco más de media entrada en los tendidos y brillo solar rompió el paseíllo de la segunda corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Se lidiaron toros de la ganadería peruana de El Olivar. Corrida bien presentada y de juego desigual con dos toros por encima del promedio. Los dos bravos. Con clase uno y encastado el otro.
Emilio de Justo: Silencio y silencio.
Alfonso Simpson: Silencio y vuelta al ruedo.
Álvaro Lorenzo: Dos orejas protestadas del toro que se indultó y silencio.
Detalles:
Emilio de Justo y Álvaro Lorenzo hicieron el paseíllo desmonterados y ambos confirmaron alternativa. Emilio de Justo lo hizo de manos de Alfonso Simpson y Álvaro Lorenzo tuvo como padrino a Emilio de Justo.
Destacaron con los palos los de plata Edward Valdez pareando al primero, Alan Quispe al tercero y Dennis Castillo al quinto. Los tres saludaron fuertes ovaciones.
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Es una pena que una buena corrida de toros por juego y presentación como ha sido la de El Olivar se vea empañada por las malas decisiones de un juez de plaza que tarde a tarde se supera así mismo. A su manifiesta ignorancia se suma esta vez la falta de autoridad. Un monigote de cuello y corbata que ahora es influenciado desde el callejón para la concesión de los premios.
El segundo toro de la tarde, qué por esto de la confirmación de alternativa, le tocó en suerte a Álvaro Lorenzo fue bueno. Fijo, pronto, alegre y repetidor. De bonita lamina, bien hecho, pero cómodo de cara tomó solo un puyazo. Para ponerle un pero su poca humillación. Soportó una faena larga y aunque bueno, de ninguna manera de vacas, pero un sector del público lo vió así. Mal el español que dándose cuenta de los pocos pañuelos forzó un indulto inmerecido cuando lo que tenía que hacer era entrar a matar.
Pero eso no fue todo. Es aquí donde el Juez toma protagonismo. Dos veces le hizo la señal al torero que debía darle muerte al toro, pero del callejón recibe la orden que lo indulte. En seguida saca el pañuelo naranja contradiciéndose a si mismo.
Señor Juez, ¿Quién le mueve los hilos? Su accionar ha sido una vergüenza. La plaza entera le ha mostrado su repudio. Lo que tiene que hacer ahora es renunciar al cargo que le queda grande. La afición se lo va agradecer, pues lo único que hace tarde a tarde es degradar la categoria de Acho, además de crear un mal ambiente y predisponer al público a la contra.
Álvaro Lorenzo es un buen torero y no necesita de triunfos baratos. Su faena al toro del indulto de la vergüenza no fue rotunda, pero le alcanzaba para cortar dos orejas de haberlo matado bien. Faena de pases ligados por el derecho a media altura. Por el izquierdo toreó con despaciosidad. En el epilogo, circulares y circulares invertidos atornillado a la arena calentaron los tendidos. Las dos orejas simbólicas que se le concedieron las paseó entre la rechifla del respetable, y como ya es costumbre volvió a retumbar el grito indignante de ¡Otro Juez! ¡Otro Juez!
El segundo toro de Álvaro fue el corrido en sexto lugar. El de El Olivar no correspondió a sus buenas hechuras. Fue el único que recibió dos puyazos. Uno del picador que guarda la puerta y otro del de la contra querencia. Toro sin un pase, de nulo recorrido, que nunca bajó la cabeza.
Emilio de Justo mató al primero y al cuarto. El que abrió plaza repitió en el capote y se recuesta por el derecho. Desarrolló sentido por ese pitón y Emilio curtido en corridas duras demostró tener oficio, mando y valor. Acortó distancias dando pases de uno en uno rematando las series con los de pecho. Se jugó el tipo el extremeño con este toro. Mató de una estocada corta y cuatro golpes de descabello.
Su segundo es serio y de impecable presencia, echa las manos por delante de salida y acusa una lesión de la mano derecha. El toro se defiende y protesta en la muleta. No tiene mala condición, pero no puede. Lo despacha Emilio con una entera desprendida.
Alfonso Simpson tuvo dos toros de condiciones distintas. El tercero sin transmisión y el quinto para encumbrarse. Nada que contar con su primero por lo insulso del trasteo. Dejó una entera desprendida.
Su segundo tomó una buena vara y empujó con fuerza bajo el peto. El toro fue a más. El inicio en los medios fue emocionante. Cite de rodillas y el toro que se arranca. Ya en jurisdicción embiste a la muleta barriendo el morro por la arena. Toro fiero y encastado difícil de cogerle el aire. Le pierde pasos Simpson y se deja puntear el engaño. Faena intermitente en la que el peruano no terminó de aprovechar las buenas y exigentes condiciones del toro que sorteó. Con una media atravesada pasaportó a su enemigo que se llevó más de un pase al desolladero. Justa fue la vuelta al ruedo.
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