Por: Fernando Farfán
22 de mayo de 2017. Plaza de Toros de Madrid. Duodécima corrida de feria. Primera novillada del serial. Seis utreros de El Montecillo serios y bien presentados para Jesús Colombo, Pablo Aguado y Rafael Serna. Estos dos últimos dejaron dudas y aún no se vislumbra la alternativa. Todo lo contrario al venezolano Colombo quien se mostró solvente y con toda la actitud de uno que quiere ser. Estuvo como se dice "en novillero". Los de El Montecillo mansearon y sólo hubo dos con posibilidades. Cuarto y quinto para Colombo y Aguado respectivamente.
Ya en su primero el venezolano dejó clara sus intenciones e hizo gala de facultades con los garapullos y en ese cuarto dejó un gran segundo par. El novillo fue encastado y desde que salió tuvo un comportamiento diferente al de sus hermanos. Colombo lo lanceó con gusto, pero no hubo acople en el último tercio. Se mostró firme, pero los constantes enganchones hicieron que no coja vuelo la faena. El correr del tiempo le dará la serenidad que hoy le faltó. Para matar literalmente se volcó sobre el morrillo clavando arriba. Actuación de oreja que el juez no consideró desestimando la petición mayoritaria del público. Para rescatar de su primero, que fue un manso distraído, sólo unos buenos naturales.
Pablo Aguado fue el que más dudas dejó. Poco oficio con su primero de embestida irregular, mirón, sin humillar y distraído al salir del engaño. Con su segundo por debajo de las condiciones del novillo que fue bravo y con un buen pitón derecho que no aprovechó en lo absoluto.
Rafel Serna más rodado, pero muy frío dejó dudas también. Su primero de nula transmisión buscó rajarse desde la primera tanda. Aquí los muletazos fueron de buen trazo dejándole la muleta en la cara para poder ligar. Con el último que se quedaba corto y buscaba el cuerpo no supo que hacer.
Foto: Plaza de Toros Las Ventas
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