Tarde para el recuerdo la vigésima de la feria de San Isidro 2015. Otra tarde de no hay billetes para ver esta vez a Morante de la Puebla, Julián López “El Juli” y Sebastián Castella, con seis toros de Alcurrucén, tres cuatreños y tres cinqueños desiguales en juego y presentación, descastados y mansos, pero hubo uno bravo como él solo, de esos que emocionan y ponen a todos de acuerdo y que le permitió a Castella expresarse y cuajar una de las faenas que más se le va a recordar. Toro y torero entregados para escribir una página de gloria en la historia del toreo. Mucha expectativa en el comienzo de la tarde por ver a Morante de la Puebla que recibe a su primero con Verónicas cadenciosas, pero deslucidas por los enganchones al capote. El toro empuja sin mucho celo en el caballo, pero aun así lo derriba en el primer encuentro. Brindis protocolar al Rey y el inicio de faena es por bajos. El toro es fijo, pronto y toma bien el engaño, pero sale con la cara alta. Muletazos sueltos y solo detalles del de la Puebla que no se acopló con el descastado, soso, sin transmisión y noble primero.
A su segundo lo recibe bien a la Verónica, estirándose y acompañando la embestida con todo el cuerpo, el toro es frio y se frena en los siguientes lances. Este no solo es descastado, soso y sin transmisión, sino además está justo de fuerzas. Sin opciones Morante en su única presentación en Madrid. “El Juli” también se fue inédito, puso ganas pero cuando no hay toro estas no bastan. Su primero también es frío de salida y embiste echando las manos por delante. El toro en el caballo va con la cara abajo pero sin celo. El quite es por Chicuelinas las que replica Castella. “El Juli” también lo brinda al Rey y se lo saca a los medios para iniciar su faena. Lo intenta por el derecho tratando de alargar la embestida en los primeros pases, pero el toro se va quedando corto. Julián por encima del toro que fue a menos. Su segundo, de mejor condición que el primero, le permitió lucirse con el capote, el toro también es frío de salida pero humilla muchísimo. El quite es de torero macho, capote en la espalda y con el compás abierto llevando al toro muy toreado. Buen inicio de faena con las zapatillas clavadas en la arena, los muletazos son largos pero sin exigir del toro que no está sobrado de fuerzas. El toro embiste con calidad, pero sin emoción. Firme Julián con el quinto y otra vez por encima de su oponente. Lo mejor de la tarde, y posiblemente de la feria, vino de la mano de Sebastián Castella. “Jabatillo” fue el toro que le tocó en suerte, frío de salida como sus hermanos muy típico en este encaste. Se frena en el primer lance, pero rompe a embestir en los siguientes metiendo la cara abajo. En el caballo empuja metiendo los riñones, pero sin mucho celo, luego se luce el francés en un quite por Verónicas templadas y con gusto. Brinda al público y el inicio de faena es marca de la casa por demás emotivo. El toro se arranca y se lo pasa por la espalda, el toro repite y vuelve a pasar, los recortes por bajo son torerísimos, el toro ya apunta una clase excepcional y Madrid rompe a aplaudir. Lo que sigue son naturales largos y templados. El toro humilla una barbaridad y con ese tranco demás propio del toro de Nuñez, también es noble y tiene emoción en su embestida. El torero cambia de mano y el toro va mejor por el derecho, siempre siguiendo los vuelos de la muleta. No se apura Castella, está templado, toreando a voluntad y con ese reposo que dan los años. El toro aguantó una faena larga y siempre fue a más. Bravo el toro y más bravo aún el torero. Estocada desprendida que le valieron las dos orejas y una vuelta al ruedo al toro muy merecida. El último de la tarde fue el peor de todos, frío, soso, sin emoción y con la cara siempre arriba. Descastado y sin clase que no tuvo un pase y por más que lo intentó Castella fue imposible a quien le queda una tarde más en esta feria con toros de Adolfo Martín, que como le embista uno como hoy día y como está toreando va a ser de escándalo.
A su segundo lo recibe bien a la Verónica, estirándose y acompañando la embestida con todo el cuerpo, el toro es frio y se frena en los siguientes lances. Este no solo es descastado, soso y sin transmisión, sino además está justo de fuerzas. Sin opciones Morante en su única presentación en Madrid. “El Juli” también se fue inédito, puso ganas pero cuando no hay toro estas no bastan. Su primero también es frío de salida y embiste echando las manos por delante. El toro en el caballo va con la cara abajo pero sin celo. El quite es por Chicuelinas las que replica Castella. “El Juli” también lo brinda al Rey y se lo saca a los medios para iniciar su faena. Lo intenta por el derecho tratando de alargar la embestida en los primeros pases, pero el toro se va quedando corto. Julián por encima del toro que fue a menos. Su segundo, de mejor condición que el primero, le permitió lucirse con el capote, el toro también es frío de salida pero humilla muchísimo. El quite es de torero macho, capote en la espalda y con el compás abierto llevando al toro muy toreado. Buen inicio de faena con las zapatillas clavadas en la arena, los muletazos son largos pero sin exigir del toro que no está sobrado de fuerzas. El toro embiste con calidad, pero sin emoción. Firme Julián con el quinto y otra vez por encima de su oponente. Lo mejor de la tarde, y posiblemente de la feria, vino de la mano de Sebastián Castella. “Jabatillo” fue el toro que le tocó en suerte, frío de salida como sus hermanos muy típico en este encaste. Se frena en el primer lance, pero rompe a embestir en los siguientes metiendo la cara abajo. En el caballo empuja metiendo los riñones, pero sin mucho celo, luego se luce el francés en un quite por Verónicas templadas y con gusto. Brinda al público y el inicio de faena es marca de la casa por demás emotivo. El toro se arranca y se lo pasa por la espalda, el toro repite y vuelve a pasar, los recortes por bajo son torerísimos, el toro ya apunta una clase excepcional y Madrid rompe a aplaudir. Lo que sigue son naturales largos y templados. El toro humilla una barbaridad y con ese tranco demás propio del toro de Nuñez, también es noble y tiene emoción en su embestida. El torero cambia de mano y el toro va mejor por el derecho, siempre siguiendo los vuelos de la muleta. No se apura Castella, está templado, toreando a voluntad y con ese reposo que dan los años. El toro aguantó una faena larga y siempre fue a más. Bravo el toro y más bravo aún el torero. Estocada desprendida que le valieron las dos orejas y una vuelta al ruedo al toro muy merecida. El último de la tarde fue el peor de todos, frío, soso, sin emoción y con la cara siempre arriba. Descastado y sin clase que no tuvo un pase y por más que lo intentó Castella fue imposible a quien le queda una tarde más en esta feria con toros de Adolfo Martín, que como le embista uno como hoy día y como está toreando va a ser de escándalo.
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